El domingo me sobró un poco de masa de pizza de mi receta magistral, y decidí experimentar. Al bollito le incorporé numerosos pedacitos de roquefort (le bleu fromage, como diría Luis) y le dí forma cilíndrica. Tres cortes diagonales en rápida sucesión, en su parte superior. Pintado con yema de huevo, espolvoreado con semillas de sésamo, y al horno mediano.
Le faltó un poco de sal, pero quedó muy rico, especialmente la corteza doradita.
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