Cuando como huevos, me patea el hígado... vamos a ver que pasa ahora. Preparé mi versión minimalista del hígado rallado con cebolla, clásico plato hebraico.
Despues del corte, el procedimiento.
1 (un) churrasco de hígado, brillante de tan fresco, que dan ganas de mordisquearlo así como está (OJO, MEJOR NO).
A la plancha, muy caliente.
Cuando un lado está bien cocido, dar vuelta y salar generosamente.
Cuando está bien cocido de ambos lados, acercándose a la textura "suelas FEBO", retirarlo de la plancha, déjarlo descansar un rato, y llevarlo a la heladera por 12 a 24 horas. Al momento de la preparación, rallarlo como si fuera un queso. Picar una cebolla mediana. Mezclar (o no). Chorrito de aceite de oliva. Sal a gusto.
La perfección. Hay recetas tradicionales que comandan el uso de grasa de pollo fundida. Si se animan, cuenten.
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